sábado, 20 de junio de 2015

Somos un espejo

Nosotros como padres somos el espejo en el que nuestros hijos se miran; nuestros pasos son los que ellos observan antes de dar los suyos; nuestra lucha es la semilla que plantarán en su interior para aprender a defender sus derechos en el futuro.

Quisiera que mi hijo, de mayor, no se detuviera ante las dificultades y que siempre tuviese fuerzas para defender lo que considere importante. Si desde pequeños les enseñamos a caminar con paso firme y decidido, sin dejarse vencer por los muros que vaya encontrando, quiero pensar que de adultos seguirán teniendo esa misma actitud.

Defendamos a nuestros hijos, no pensemos "a ver qué si mañana mejora todo", sino "¿Cómo puedo mejorar ahora la situación?" "¿Hay algo que yo pueda hacer para solucionar el problema?" Y claro que hay algo que podamos hacer: luchar con fuerza y derribar todos esos muros que nos plantan delante y que tanto daño hacen a nuestros hijos. El momento adecuado es AHORA, no esperemos más, el vaso ya se ha colmado hace mucho tiempo y desborda enérgicamente.

martes, 16 de junio de 2015

Poniendo zancadillas a los niños con AACC en Madrid


Estos días los alumnos de AACC escolarizados en Madrid y sus familias han visto cómo el Gobierno Autonómico les pone otra piedra en el camino: han publicado la Orden 1493/2015, de 22 de Mayo, sobre necesidades educativas para el alumnado de AACC. Esta nueva norma supone muchos pasos atrás en la atención a estos niños, tal y como explican en el blog "AACC, la rebelión del talento" sus autoras:



Contra la orden 1493/2015, BOE 15 de junio 2015, de la CC.MM


Animo desde aquí a todos aquellos que se verán afectados por esta norma, a que no se dejen pisar. Salid a la calle, protestad ante los políticos, enviad cartas de queja a todas partes. No os quedéis parados. Vuestros hijos os necesitan, ellos sólos no pueden defenderse de este atropello. Y desde el resto de España, difundamos y apoyemos estas iniciativas pues "cuando las barbas del vecino veas pelar, pon las tuyas a remojar".

martes, 9 de junio de 2015

¡No me conformo!

Imagínate que un día en tu trabajo te obligan a asistir a un curso sobre iniciación a la informática, cuando tú ya sabes utilizar el ordenador e incluso programar en varios lenguajes. Vas al curso y te aburres mucho, pero te lo tomas con paciencia e intentas disimular, para no quedar mal con tu jefe. Cuando termina, te vuelven a apuntar otra vez, y de nuevo escuchas las mismas lecciones, que ya te sabes. Y cuando ya crees que ha terminado todo, tu jefe te dice que tienes que seguir asistiendo a ese mismo curso durante tres o cuatro meses. ¿Qué te parecería? ¿Sería positivo para ti ir semana tras semana a un curso sobre un tema que ya dominas?

Pues eso es lo que le sucede a nuestro hijo de 3 años, y a muchos otros que, como él, tienen altas capacidades. Se pasó el primer trimestre estudiando el nº 1 y el color rojo, cuando él ya contaba hasta 30 y se sabía todos los colores desde los 18 meses. Y lo mismo con conceptos como “arriba”, “abajo”, “dentro” o “fuera”, que ya conocía perfectamente. El segundo trimestre le tocó el amarillo, el verde, y el nº 2, y el tercer trimestre consiguieron llegar al número 3 y ver el resto de colores básicos. Me pregunto, ¿cómo se habrá sentido nuestro hijo todo este curso? Según el colegio, el niño está perfectamente integrado, “no pide más” ni destaca ni muestra aburrimiento. ¿Acaso se espera que con 3 años se atreva a decirle a su profesor que quiere aprender más cosas? ¿Acaso si le piden que escriba el número 1 no lo va a hacer? Por supuesto que lo hará, pero es que nadie le ha pedido que cuente 25 pinturas o que mezcle los colores adecuados para que salga el naranja. Nadie le ofrece aprender el sistema digestivo o cómo funciona el oído… Nadie le explica lo que él desea saber porque tras 10 meses de curso aún no se atreve a hacer preguntas a su profesor, porque, según palabras textuales suyas, “le da vergüenza”. ¿Tendrá confianza para hacerlo el próximo curso? ¿Y el siguiente? ¿Tal vez cuando llegue a Primaria o a la ESO?

No me conformo con esperar a que mi hijo “florezca”. No me conformo con cerrar los ojos ni confiar en que en el futuro no habrá problemas. Nos indican que tenemos que esperar a que el tutor derive a nuestro hijo al orientador cuando "pida más", presente comportamientos disruptivos, desinterés o desmotivación por el colegio, fracaso escolar, etc para entonces tomar medidas. Y mientras tanto, no se hará absolutamente nada. Éste es el resumen de los últimos tres meses, tras la detección de su sobredotación intelectual en un centro privado especializado en altas capacidades. ¿Para qué sirve entonces la detección temprana? ¿No se dice siempre que en la vida es mucho mejor prevenir? ¿Y dónde dice la ley que el niño debe brillar en la oscuridad o comportarse mal para que atiendan sus altas capacidades?

Y cuando el pequeño comience a portarse mal, a suspender asignaturas, a desmotivarse o a rebelarse, entonces nos dirán que no le estamos educando bien, que le consentimos demasiado, que no sirve para el estudio, que los tests anteriormente realizados están obsoletos y el niño ya no tiene altas capacidades, que es hiperactivo… Muchas posibles respuestas con las que intentarán que la culpa recaiga sobre niño y sus padres. Pues bien, como padres, considero que lo mejor que podemos enseñarle a nuestro hijo es a luchar por lo que merezca, a defender sus derechos, a sujetar fuerte el timón, tener claro el objetivo y no rendirse a la tormenta. Y qué mejor manera de que aprenda a hacerlo, que siendo nosotros ejemplo de cómo tomar las riendas.

Cuando un niño es pequeño, aún no tiene las herramientas para defenderse en la vida, y es tarea de sus padres hacerlo por él. Recuerdo cuando yo era niña y la sobredotación sólo me traía problemas: aburrimiento en clase, acoso escolar, incomprensión por parte de muchos profesores. Eran los años 80 y todo esto de las altas capacidades aún era un mundo extraño… Sin embargo, esas experiencias negativas van a tener un aspecto positivo ahora en el siglo XXI, pues me servirán para allanar el camino a mi hijo, para ir siempre un paso por delante de él y anticiparme a los posibles problemas. Así que, aquí estamos mi marido y yo, dispuestos a derribar cuantos muros sean necesario para que al niño se le dé la atención que necesita. No pedimos favores, sólo que se cumpla la ley. Y os animamos al resto de padres en situación similar a que luchéis por vuestros hijos, y que no os conforméis con migajas o buenas palabras. Vuestros hijos os necesitan, dependen de vosotros, confían en vosotros.

miércoles, 20 de mayo de 2015

¿Qué opciones tenemos?

Ante la dificultad que encontramos muchos padres (afortunadamente no todos) para que en los colegios se atiendan adecuadamente las necesidades de nuestros hijos por sus altas capacidades, existen diferentes opciones que podemos tomar. 
 
Una de ellas es quedarse en casa quejándose de la mala suerte que se ha tenido, y confiar en que tal vez el próximo año, el nuevo tutor o el orientador decidan a hacer algo. Esta opción es poco práctica, pues nada os garantiza que las cosas mejorarán el próximo curso, y si seguís esperando, puede que los años sigan pasando y vuestro hijo continúe sin ser atendido.
 
Una opción más interesante es redactar una solicitud dirigida al director del colegio y al orientador, entregarla en secretaría y solicitar que os sellen una copia para tener como resguardo. Si tenéis un informe privado sobre las altas capacidades del niño, entregad una copia junto con dicha solicitud. Una vez hecho esto, el colegio, como cualquier otra administración, deberá responder en el plazo de 6 meses. Así no se quedará todo en intenciones o promesas, tendrán que dar razones por escrito.
 
Si la opción anterior no ha dado resultado y vuestro hijo sigue siendo ignorado, aún hay más cosas que podemos intentar:
 
- Acudir al Equipo Regional de Altas Capacidades (si existe), que son quienes asesoran a los orientadores en su trabajo. Es posible que ellos medien entre vosotros y el orientador, y de esa manera podáis desbloquear la situación. Os aconsejo entregarles un escrito (que os den copia sellada) explicando el problema que tenéis y lo que solicitáis, para que así podáis tener también prueba de haberos reunido con ellos.

- Si vuestro hijo tiene menos de 6 años, tal vez el Equipo de Atención Temprana pueda ayudaros. Contactad con ellos, pedid cita y exponed vuestros problemas y preocupaciones. Ellos son muy sensibles con los niños pequeños y comprenden mejor la necesidad de una atención lo más precoz posible, de modo que si está en su mano hacer algo, seguramente lo harán. Además, pueden emitir dictámenes de escolarización si el niño todavía no va al colegio. Lamentablemente, en muchas Comunidades están intentando desmantelar estos equipos, pasando sus competencias a los Departamentos de Orientación.
 
- Acudir a inspección educativa. En la página web de Educación de vuestra Comunidad Autónoma podréis averiguar el inspector que corresponde al colegio donde está escolarizado vuestro hijo. Le dirigís una solicitud, exponiendo brevemente el motivo y solicitando una cita (de nuevo, obtened copia sellada). Intentad arrancar del inspector el compromiso de que vuestro hijo será atendido adecuadamente, y no temáis insistir de nuevo si al final nada cambiase.
 
- Si a pesar de todos los intentos, las puertas permanecen cerradas, os aconsejo cambiar al niño de colegio, si es posible. No podemos pasarnos la vida luchando contra los elementos sin obtener respuesta, y el niño necesita atención ahora, no dentro de un siglo. Seguro que existe algún colegio al que podáis llevarle en el que estén dispuestos a colaborar para darle la mejor atención posible. Indagad. También podéis apuntaros a una asociación de padres y madres de niños con altas capacidades que exista en vuestra provincia, y tal vez ellos os puedan orientar sobre qué colegios podrían ser más adecuados para vuestro hijo.
 
Y además de las opciones anteriores, os animo a uniros a la queja masiva al Defensor del Pueblo como sugiero aquí: enlace. Es gratuito, no tenéis nada que perder y vuestros hijos pueden ganar mucho si esta queja es admitida a trámite. No lo dejéis pasar, luchad por lo que le corresponde. ¡Es su derecho!

viernes, 15 de mayo de 2015

¡No nos resignemos!

Hoy quería ponerme un poco filosófica para reflexionar sobre la inercia que suele existir en el ser humano en general. Según pasan los años, vamos tratando de encajar las piezas del puzzle de nuestra vida de la mejor forma que sabemos, esforzándonos para que cada cosa ocupe el lugar que le corresponde. Recibimos con alegría las buenas noticias, los cambios positivos, las sorpresas agradables; disfrutamos del tiempo libre, del amor, de la comida, de la amistad.

Pero también somos conscientes de que la vida no es un camino de rosas, que surgen dificultades y piedras en el camino y que tenemos que sortearlas como podamos. Cuando algún revés golpea nuestra ordenada vida, nos quejamos, nos lamentamos y buscamos consuelo en la familia o amigos, pensando por qué nos ha tocado a nosotros y por qué las cosas no pueden ser de otra manera. Y es normal, pues somos seres humanos y por ello poseemos sentimientos y sensibilidad. Pero, ¿es ésa la única opción que tenemos? ¿quedarnos quietos y quejarnos? ¿tal vez soñar con que llegarán tiempos mejores y mientras tanto que nos compadezcan por la mala suerte que tenemos? Estas son opciones cómodas, pero poco prácticas.

Creo que en esos momentos debemos tomar las riendas, el timón de nuestro barco, y dirigirlo hacia puerto seguro. Nadie va a llamar a nuestra puerta para solucionar los problemas en nuestro lugar, somos nosotros quienes tenemos que poner de nuestra parte y avanzar. Si el camino se hace demasiado cuesta arriba, pongámonos el traje de faena, cambiemos los zapatos por unas botas de trote, e iniciemos la subida con energía. Nadie nos garantiza que lleguemos al final, pero por lo menos lo habremos intentado. Aceptemos las dificultades, pero por favor… ¡no nos resignemos!

El problema que nos ocupa en este caso, y que es el motivo de este blog, es la atención educativa adecuada a nuestros hijos por tener altas capacidades. Ellos son menores, aún no poseen las herramientas necesarias para defenderse, pero nosotros podemos y debemos hacerlo en su lugar, somos sus padres y nos necesitan. Si ya tienen problemas, tenemos que ayudarles a solucionarlos, y si hemos intentado muchas opciones, busquemos más. Por otra parte, si por ahora todo va bien, es posible que siga yendo bien en el futuro si no hacemos nada, pero ¿queremos correr ese riesgo con la felicidad de nuestros hijos? ¿preferimos esperar a ver si cae el maná del cielo, o vamos a sembrar las semillas adecuadas, regarlas y luchar para obtener una buena cosecha? 

lunes, 11 de mayo de 2015

Las palabras se las lleva el viento

Hoy quería daros un consejo a todos aquellos padres que estáis teniendo problemas para que atiendan adecuadamente a vuestros hijos en los colegios. Es habitual reunirse con el tutor, con el orientador, con el director, o incluso en ocasiones con el inspector, y a lo largo de dichas reuniones se pueden proponer actuaciones, prometer, hacer planes, etc. Pero lamentablemente, en numerosas ocasiones vemos cómo las palabras se las lleva el viento, y "donde dije digo, digo diego". Y así, entre reunión y reunión, el tiempo va pasando y nuestros hijos siguen estancados en el punto de partida. Muchas promesas pero pocos hechos.

Lo más adecuado en estas circunstancias es dejar constancia escrita de nuestras peticiones, mediante un escrito inicial al director del centro y copia al orientador, en el que se informe de que nuestro hijo tiene altas capacidades y que por ello está considerado como alumno con necesidad de apoyo educativo, de modo que se solicita que sea atendido de forma individualizada y acorde con su ritmo y modo de aprendizaje, tal y como marca la ley. Y si tenéis un informe privado donde se le haya evaluado, lo aportáis junto al escrito, solicitando que se tenga en cuenta y que quede incorporado a su expediente.

De esta manera, podréis demostrar que en tal fecha solicitasteis que a vuestro hijo se le tuvieran en cuenta sus altas capacidades para darle el apoyo individualizado que necesita. Y además, como en el caso de cualquier otra administración pública, el colegio debería responderos por escrito, de modo que no habrá malentendidos con respecto a las acciones que piensan tomar con respecto al alumno.

Que no os dé reparo entregar un escrito; recordad el refrán que dice: "más vale ponerse una vez colorado, que ciento morado".

jueves, 7 de mayo de 2015

Firma la petición electrónica para el Defensor del Pueblo

Recientemente, Blanca ha creado una petición electrónica dirigida a la Defensora del Pueblo, para solicitar una atención digna a los más capaces:


Os animamos a todos a firmar: padres de niños con altas capacidades, abuelos y otros familiares, amigos, etc. Puede firmar todo aquél relacionado de algún modo con niños de altas capacidades, o que simplemente tenga sensibilidad  hacia este tema.

Entre todos podemos cambiar las cosas. ¡No nos resignemos!

martes, 5 de mayo de 2015

Contra un muro

Tras una segunda reunión con el Equipo de Orientación (EOEP) del colegio, nos han dejado claro que no van a actuar. El orientador ha llegado a reconocer que el niño es "precoz", pues muestra una inteligencia muy alta en las pruebas recogidas en el informe privado. No lo puede denominar "superdotado" porque según él y algunas teorías, hasta los 12 años debe considerarse precoz.
 
El hecho está en que el orientador ha admitido que el niño tiene altas capacidades, tras leer el informe privado, ya que la precocidad está incluida en dicho término. Es obvio, ya que si la ley no incluyese la precocidad, hasta los 12 años no se podría actuar, y en ese momento ya se habrían pasado muchos años de escolarización sin hacer nada.
 
Sin embargo, a pesar de que el niño posee altas capacidades, el EOEP no puede actuar porque la tutora del niño no lo deriva, y esa derivación constituye el primer punto del protocolo, imprescindible para que la rueda se ponga en marcha. Es decir, el niño tiene una tutora que "no lo ve", que nos ha reconocido que jamás ha visto a un superdotado, y que considera que, como no brilla en la oscuridad ni da problemas, nuestro hijo no tiene altas capacidades y no hay que derivarle. Entonces lo llevamos a un psicólogo privado especializado en superdotación y en el informe que nos entrega, tras hacerle muchísimas pruebas, se recoge que el niño efectivamente tiene sobredotación, con un CI por encima de 160 y percentiles de más del 90 en todas las pruebas del WPPSI-III. Pero la opinión de la tutora cuenta muchísimo más que la de un experto en altas capacidades, de modo que no van a hacer absolutamente nada. Ese rígido protocolo de actuación y la rígida mente del orientador son un muro infranqueable.
 
Es más, después de admitir que el niño tiene una altísima inteligencia, nos dicen que nosotros hemos construido un "castillo" alrededor del niño, lleno de suposiciones subjetivas, y que nos negamos a que alguien nos lleve la contraria. Pero nosotros no estamos suponiendo nada, sino que hay un informe de un especialista en la materia donde se especifica la sobredotación intelectual. Sin embargo, ese tipo de informes parece que en nuestro país no significa nada. Lamentable. Y he creado este blog para que la gente comprenda las grandes dificultades que unos padres pueden tener para que a su hijo se le atienda como la ley especifica, no se pide ningún favor, sólo que se cumpla la ley, y en concreto el artículo 71 de la Ley Orgánica de Educación (LOE):
 
1. Las Administraciones educativas dispondrán los medios necesarios para que todo el alumnado alcance el máximo desarrollo personal, intelectual, social y emocional, así como los objetivos establecidos con carácter general en la presente Ley.
 
2. Corresponde a las Administraciones educativas asegurar los recursos necesarios para que los alumnos y alumnas que requieran una atención educativa diferente a la ordinaria, por presentar necesidades educativas especiales, por dificultades específicas de aprendizaje, por sus altas capacidades intelectuales, por haberse incorporado tarde al sistema educativo, o por condiciones personales o de historia escolar, puedan alcanzar el máximo desarrollo posible de sus capacidades personales y, en todo caso, los objetivos establecidos con carácter general para todo el alumnado".
 
3. Las Administraciones educativas establecerán los procedimientos y recursos precisos para identificar tempranamente las necesidades educativas específicas de los alumnos y alumnas a las que se refiere el apartado anterior. La atención integral al alumnado con necesidad específica de apoyo educativo se iniciará desde el mismo momento en que dicha necesidad sea identificada y se regirá por los principios de normalización e inclusión.
 
¿Para qué sirve la identificación temprana si después no se toma medida preventiva alguna y se espera a que haya problemas más adelante?

miércoles, 29 de abril de 2015

La primera piedra en el camino

A pesar del esfuerzo que hemos invertido en detectar de forma temprana la sobredotación de nuestro hijo, parece que el resultado se hará esperar. En el primer paso, nos han dado con la puerta en las narices.

Hablamos con la tutora sobre el resultado de la evaluación privada, que confirma lo que suponíamos, y ella seguía sin "verlo". Le entregamos copia del informe, tanto a la tutora como al orientador, y solicitamos una reunión para hablar del niño. Nos reunimos con ellos un día y nos decepcionó mucho su decisión: no van a tomar medida alguna ni evaluarle tan siquiera, mientras la tutora "no lo vea", el niño no muestre aburrimiento o mal comportamiento en clase, y textualmente, van a esperar a que "florezca". Consideran que el colegio por ahora está cubriendo adecuadamente las necesidades de nuestro hijo, y ya está. Qué decepción nos llevamos tanto mi marido como yo. No comprendemos cómo es posible que piensen que nuestro hijo de 3 años, con un CI de más de 160 y una edad mental de casi el doble que la cronológica, no necesita atención individualizada.

¿Dónde dice la ley que para dar atención a un niño con altas capacidades, éste tenga que tener mal comportamiento o aburrimiento? ¿No se dan cuenta de que muchos niños se camuflan en clase para parecer igual que sus compañeros y sentirse parte del grupo? Si nuestro hijo "no pide más" es porque no se atreve. De hecho, estos días le sugerimos que las preguntas que nos hace en casa (sobre el cuerpo humano, la vida etc) se las haga a la tutora, y que si le apetece hacer alguna ficha más, que se la pida a ella, pero él nos responde "no, es que me da vergüenza". Después de 8 meses de curso, aún le da vergüenza preguntar a su maestra, y eso que fuera del cole es un niño extrovertido, que habla con todo el mundo, que para a ancianos por la calle para contarles su nombre y donde vive... No sabemos por qué, pero el niño no es él mismo en clase y eso es un problema, no pueden decir que todo va bien; se supone que cuando son tan pequeños tienen espontaneidad, no fingen ser lo que no son. ¿Y no comprenden también que si el niño sabe contar hasta 30 y se pasan todo un trimestre estudiando machaconamente el número "3", no puede ser positivo para el niño?

Como no somos personas fáciles de conformar, pedimos cita con el Equipo de Altas Capacidades de la Comunidad, y hemos salido de la reunión bastante esperanzados. Han sido muy amables, han escuchado todo lo que teníamos que decir y nos han informado de que ellos no evalúan sino que asesoran a los orientadores en su trabajo, aportan material, etc. Han decidido llamar al orientador y convencerle de que tiene que atender al niño, de una forma u otra, pues esperar no es una opción. De modo que ahora queda esperar a que nos llamen y nos informen si han convencido al orientador. Cruzamos los dedos.


martes, 28 de abril de 2015

La realidad no es como la pintan

Cuando algún familiar o amigo cercano se entera de que tienes un hijo con sobredotación intelectual, te suele decir: "pues vaya suerte tener un hijo así", "qué fácil van a ser para él los estudios", "podrá hacer lo que quiera en la vida", etc. Y por dentro piensas: "¡ojalá fuera todo tan fácil!". Evidentemente una alta inteligencia tal vez le ayude a conseguir más logros en la vida, pero sólo es una herramienta. ¿De qué sirve un bisturí de cirujano si no estudias medicina? ¿Para qué sirve un piano si no sabes tocarlo?. La sobredotación es un rasgo más que puede tener una persona, del mismo modo que tener el pelo rubio o moreno, ser guapo o poco agraciado, tener don de gentes, sentido del ritmo, etc. En este caso, es una característica que marca mucho, y que implica unas diferencias con respecto a la población en general, tanto en la forma de pensar como de aprender, pero no es garantía de éxito en absoluto.

Miras a tu hijo y ves a un niño de 3 años cariñoso, dulce, sociable, activo y feliz, con inmensas ganas de descubrir y aprender. Pero te preguntas si se adaptará bien al colegio o se aburrirá, si tendrá buenos amigos, si los maestros responderán a sus miles de preguntas o le "caparán" la curiosidad para adaptarlo al grupo, si le permitirán compartir sus aficiones reales o tendrá que aparentar que hace lo que la mayoría considera "normal"... En resumen, si podrá seguir siendo él mismo.

En el mundo hay una gran diversidad en general, pero aún hoy en el siglo XXI, resulta difícil aceptar las diferencias. Se ve a menudo en los comentarios de la gente sobre cualquier persona que tenga algún rasgo diferente: le miran mal, con cautela, con inseguridad, o si es una característica positiva, entonces le envidian y critican. Así es la sociedad en la que vivimos, en la que vivo yo y en la que crecerá mi hijo. A medida que se haga mayor, tendrá que decidir entre ser él mismo y aceptar las críticas, o camuflarse y aparentar estar dentro de la cuadrícula. ¿Y qué es mejor? Nadie puede darle la respuesta correcta.

Durante mis primeros años en el colegio, yo elegí ser espontánea, natural y actuar sin preocuparme del qué dirán. Esta decisión conllevó ventajas tales como sacar muy buenas notas o llevarme bien con los profesores a los que les gustaba que hicieras preguntas. Pero también implicó jugar sola en el patio, no tener invitaciones a cumpleaños, llevarme coscorrones de los profes que se cansaban de mi inquietud, oir murmullos o risitas cuando "la empollona" hacía una pregunta, sufrir acoso escolar... Así que al ir haciéndome mayor, fui buscando un cierto equilibrio y aprendí a disimular, a hacer las preguntas al profesor en tutorías en lugar de durante la clase, a reirme de lo mismo que el resto de compañeras, etc y de esa manera me integré mejor, aunque no por ello dejé de sentirme diferente. 

A mi hijo intentaré no darle consejos sobre qué opción es mejor tomar, sino que le apoyaré en aquello que decida; compartiré mi opinión y le animaré a tomar sus propias decisiones, que unas veces serán acertadas y otras veces no, como le ocurre a cualquier otra persona. Al fin y al cabo, de eso trata en parte la vida: aprender a base de aciertos y errores.

domingo, 26 de abril de 2015

¡PRESENTEMOS UNA QUEJA AL DEFENSOR DEL PUEBLO!


Es habitual escuchar a otros padres de niños con altas capacidades que a sus hijos no les están atendiendo adecuadamente en el colegio. La ley marca que estos niños son alumnos con necesidad específica de apoyo educativo, pero en muchas ocasiones no les consideran como tal en los colegios, y no les atienden de forma individualizada. En otras ocasiones, las Comunidades Autónomas ponen tantos requisitos para reconocer las altas capacidades, que muchos niños se quedan sin antender. Y a otros que sí les reconocen, no les dan la atención que necesitan porque no presentan problemas o se camuflan en clase.

Nos quejamos dentro de la familia, con otros padres, en facebook, en foros de internet... Pero estas quejas solamente nos aportan un poco de apoyo y comprensión. Es necesario hacer algo más práctico, que sirva para intentar solucionar el problema.

Se me ha ocurrido que podríamos presentar una queja al Defensor del Pueblo. Es una institución que se dedica a supervisar la actividad de las Administraciones Públicas e investigar cualquiera de sus actuaciones que pueda ser irregular, tanto de oficio como a partir de quejas de los ciudadanos. En su página web podéis leer más información: Web del Defensor del Pueblo

La actual Defensora del Pueblo desde 2012 es Dña. Soledad Becerril Bustamante y está auxiliada por dos adjuntos: el Adjunto Primero es D. Francisco Fernández Marugán, y la Adjunta Segunda, Concepció Ferrer i Casals. 

Interponer una queja al Defensor del Pueblo es gratuito y puede obtener muy buenos resultados, si somos suficientes padres los que acudimos a esta institución y les hacemos comprender lo importante que es el problema para nuestros hijos. Por favor, presentad la queja, no lo dejéis pasar.

He creado un modelo de queja, basado en la experiencia que hemos tenido mi marido y yo, y he incluido indicaciones para que lo adaptéis a vuestro caso particular. Está en formato Word y puede abrirse también con OpenOffice, que es gratuito.

PROCEDIMIENTO PARA PRESENTAR LA QUEJA:
  1. Redactar el escrito vosotros o descargar aquí el modelo que he elaborado yo (para descargar, hacer clic en el botón verde "Download"), y modificarlo, adaptándolo a vuestro caso particular. Todo lo que está entre los símbolos < > debe ser cambiado por los datos reales, y las indicaciones en rojo, deberán ser borradas antes de presentar el escrito, pues sólo son aclaraciones para que adaptéis bien el escrito. Revisadlo bien al terminar. Y si tenéis algún problema con la descarga, podéis preguntarme en este blog, o por correo electrónico.
  2. Enviar por correo electrónico a esta dirección: registro@defensordelpueblo.es. Ellos os confirmarán la recepción del mensaje, y tras un tiempo de estudio, os indicarán si se ha admitido a trámite la queja o no. En lugar de utilizar la vía electrónica, también puede presentarse mediante correo certificado, a la siguiente dirección:
Defensor del Pueblo
C/ Zurbano, 42
28010, Madrid

Existe también otros modos de presentarla, los podéis ver en esta sección de la web del Defensor: http://www.defensordelpueblo.es/es/Queja/Como/index.html

A ver si conseguimos que esta institución se involucre en este problema y nos ayude a solucionarlo. Presentad la queja lo antes posible para que el mecanismo comience a moverse. ¡Animo! ¡Podemos conseguirlo!

La queja que adjunto es sólo un modelo y cada familia puede adaptarlo a sus circunstancias particulares: no quieren evaluar al niño, le han evaluado pero no toman medidas, toman medidas pero son insuficientes  etc. Lo importante es que lleguen muchas quejas y el Defensor comprenda que no es un caso puntual, sino desgraciadamente, muy habitual.

Enlace al modelo de queja: 
http://www.mediafire.com/download/3gr7k2r6so6ey1a/Queja_Defensor_Pueblo_AACC.doc



viernes, 24 de abril de 2015

Al principio del camino

Hace pocas semanas nuestro hijo de 3 años fue evaluado en un centro especializado en altas capacidades, y le han detectado sobredotación intelectual, con un CI de más de 160 en la escala de Stanford-Binet y una edad mental de casi 6 años.

Lo que hasta ahora era una sospecha, se ha confirmado. Cuando te explican los resultados, te surgen muchas dudas, que se suman a las que de por sí ya tiene cualquier padre o madre, y que te dejan un sabor agridulce. Por una parte, te sientes feliz de que tu hijo tenga una alta inteligencia, que puede ser, al menos en teoría, una buena herramienta para darle más oportunidades de logro en la vida. Pero por otro lado, te preocupa si vas a poder cubrir todas sus necesidades, qué opinará la familia, qué ocurrirá en el colegio cuando les informes, qué pasará con sus amigos y sus padres, y en general, te preguntas si la sociedad le permitirá desarrollarse plenamente, tanto a nivel intelectual como emocional.

Yo también tengo sobredotación, aunque a mí me la detectaron siendo ya adulta, y mi niñez fue bastante complicada, por decirlo de forma suave. Pienso que mis experiencias podrán servir a mi hijo para allanarle parte del camino, y evitar al menos que tropiece en las mismas piedras que encontré yo. Él encontrará otros obstáculos, y ahí estaremos sus padres para apoyarle, ayudarle a levantarse cuando se caiga, y animarle al llegar las cuestas y las tormentas. Y ojalá cuando crezca y mire hacia atrás, tenga buenos recuerdos de su infancia, de sus años de colegio, de sus amigos, y un montón de vivencias positivas, pues eso significará que podrá construir su vida de adulto sobre una base estable y adecuada.

Este largo camino que emprendemos lo quiero compartir con todos los padres y madres, tanto aquéllos cuyos hijos también tienen altas capacidades, como los que no las tienen, pues estamos todos en el mismo barco y todos queremos lo mismo: que nuestros hijos sean felices. Las altas capacidades son un rasgo más de la persona, no una cuadrícula para que te encierren en ella y te aíslen del mundo exterior. Son niños como los demás, con sus virtudes y defectos, y necesitan amor, respeto y comprensión como cualquier otro ser humano.

Y dadas las dificultades que estamos encontrando en el colegio para que le ofrezcan la atención individualizada que necesita, se me ha ocurrido una idea para que todos los padres que se encuentren en nuestra situación, podamos hacer algo. Lo iré comentando en artículos posteriores.